Curriculo,  Políticas

Esclavo de tus palabras

«Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras», dijo William Shakespeare en el siglo XVI. Con esta sencilla frase, el afamado poeta y escritor inglés quiso decir que el solo acto de hablar, genera responsabilidad. «El que habla pierde» se suele decir también cuando alguien hace una sugerencia que a todos les suena bien y le encargan de inmediato ponerla en práctica. «Yo decía nomás» es la acongojada frase que usted mismo habrá pronunciado, cuando de pronto se ve responsabilizado de ejecutar aquella buena idea que, quizás de manera casual, se le ocurrió pensar en voz alta.

«Te tomo la palabra» es otra frase que solemos utilizar para comprometer a alguien con lo que acaba de decir. «Habla por hablar» en cambio, es otra expresión que usamos para calificar a quien no cultiva el sano hábito de hacerse responsable de lo que dice, algo que se observa en el mundo de la política, pero también en el profesional y en la vida cotidiana de cualquiera. Y es que las palabras, en efecto, comprometen, aunque no todos quienes las pronuncian quieran admitirlo ni se sientan cómodos cuando se las recuerdan.

Me asaltaron estas reflexiones cuando volvía a leer los once aprendizajes principales que el actual currículo ha anunciado como resultado de la trayectoria escolar de cualquier peruano en el 2021. Y es que lo ha hecho bajo el sugestivo nombre de «propósitos». Es decir, no los llama posibilidad, deseo ni expectativa sino propósito, tremenda palabra que a diferencia de las anteriores, compromete la voluntad y el esfuerzo de quien las pronuncia.

El currículo dice que el niño que ingresa hoy al sistema escolar, terminará la secundaria el 2021 con una identidad personal, social y ciudadana muy sólida, lo que implica responsabilidad con su propio bienestar tanto como con el bien común, incluyendo al planeta Tierra. También dice que se comunicará eficazmente en varios lenguajes: el castellano, el inglés, su idioma materno y el de las modernas tecnologías de información. Además, anuncia que sabrá pensar de manera científica y crítica su propia realidad y su historia, tanto como la de toda la humanidad. Por si fuera poco, dice que será un joven creativo e innovador, con una gran capacidad de emprendimiento.

La pregunta que me surge al leer estas palabras, que suenan a promesa, es muy simple ¿A qué se compromete el Ministerio de Educación para cumplirlo? Sabemos que los maestros, por las conocidas deficiencias de las instituciones formadoras, no exhiben estos once rasgos, no han sido preparados para enseñarlos ni las escuelas para permitirlo. La lógica indicaría que en adelante, esta deficiencia se corregiría y los programas de formación para docentes en ejercicio los prepararían en ese sentido; que se empezaría a evaluar a los maestros en esas once capacidades y a los estudiantes también; que las escuelas se reorganizarían, ofreciendo el tiempo y las facilidades necesarias para que todos puedan alcanzar estos 11 aprendizajes contra viento y marea.

Pero ¿Qué pasaría si las políticas educativas siguen limitando sus énfasis a las capacidades lectoras y matemáticas de maestros y alumnos? ¿Qué pasaría si nos dicen que cumplir tales propósitos es asunto de cada maestro? Lo siento, pero el currículo ha puesto en palabras el compromiso del Estado peruano con once resultados y ahora es esclavo de esa promesa. ¿O no?

Luis Guerrero Ortiz
El río de Parménides
Difundido por la Coordinadora Nacional de Radio
Fotografía (c) Andrés Lozano/ www.flickr.com
Lima, viernes 01 de Mayo de 2009

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Soy docente, estudié la carrera en la Pontificia Universidad Católica del Perú; una maestría en Política Educativa en la Universidad Alberto Hurtado (Chile); y una maestría en Educación con mención en Políticas Educativas y Gestión Pública en la Universidad Antonio Ruíz de Montoya (Perú). Hice también posgrados en Terapia Familiar Sistémica (IFASIL), en Periodismo Narrativo y Escritura Creativa en la Universidad Portátil (Buenos Aires). Soy actualmente profesor principal en el Innova Teaching School (ITS) y Director de la revista virtual Educacción. Soy coautor de tres libros de cuentos: «Nueve mujeres peligrosas y un hombre valiente», «Relatos valientes de mentes peligrosas» y «Veintitrés mundos: Antología valiente de relatos peligrosos». He publicado recientemente el libro de cuentos «Amapolas en el jardín» (2022).

3 Comments

  • Anónimo

    Profesor Guerrero:
    Su reflexión me ayuda a preguntar y responder con inquietud.
    Si, es cierto que tu y mi compromiso estan dada. Por tanto esta abierta la capacitación a los docentes en servicio. Se prepara los espacios cuidadosamente para enlazar tareas de reflexión y otros temas pero son poquísimos los docentes que llegan, primero son sus compromisos personales. Entonces ¿A quién debemos echar la culpa? a mi, a usted,al estado,al alumno,a los maestros,a los cuidadanos, etc. Y HASTA CUANDO, eternamente….

  • Anónimo

    Solo como comentario: Comprendo que hay niveles y distinciones en el documento presentado. Se presentan de esta forma una primera distinción al discutir sobre el “diseño y análisis de política educativa”, específicamente en el componente curriculum; como también una segunda distinción al discutir sobre “implementación de políticas”, que en general se identifica en la operacionalización de estos mediante programas específicos.
    Respecto de la primera distinción, el cuestionamiento sobre los “propósitos” da cuenta de una discusión compleja. Por una parte, como se entiende la situación actual (realidad 1), lo que se busca cambiar a futuro sobre la cual la política específica se proyecta (realidad 2), a diferencia de lo que puede suceder en el caso de no desarrollarse lo que propone la política (realidad 3). Un segundo punto es respecto a la comprensión de la política educativa como “marco” o “dispositivo mayor de ajuste entre necesidades de la sociedad y características de su sistema educativo” (Cox, C.). Y un tercer punto es el proceso de construcción social, de los distintos actores de una sociedad, sobre todas estas realidades. Es en todos estos puntos que entiendo la pregunta “¿Qué pasaría si las políticas educativas siguen limitando sus énfasis a las capacidades lectoras y matemáticas de maestros y alumnos?”. Esta es una pregunta potente, que sostiene una lectura de realidad y una visión sobre el aprendizaje y el sistema educativo para el aprendizaje.

    A su vez, la segunda distinción da cuenta de todos los esfuerzos y acciones a desplegar necesarios para hacer concreto lo que proyecta y compromete el documento marco de política. Según entiendo, es una de las partes más oscuras, difusas, como también central: la “puesta en practica” del cambio de situación presentado por el marco de políticas. Oscura y difusa por cuanto compromete a niveles centrales, intermedios y locales del sistema educativo, cargado de actores con intereses y agendas, y en muchas ocasiones, con ruidos entre “política (politics), como configuración macro de poder, intereses e ideologías, y políticas (policy), como cursos de acción referidos a problemas” (Heidenheimer, 1986, en Cox, C.). En otras palabras, la implementación de programas que “hace carne” la política se entrecruza entre las “arenas burocráticas” y los “actores expertos”. Entiendo, en esta línea, la pregunta presentada en el documento: “¿A qué se compromete el Ministerio de Educación para cumplirlo?”.

    En un interesante documento de Raczynsky y Salinas (2008,Aportes y Desafíos en la Evaluación de Políticas y Programas de Mejoramiento Educativo. Reflexiones desde Nuestra Práctica de Evaluación en Chile. Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa, 1 (1), pp. 79-92.
    http://www.rinace.net/riee/numeros/vol1-num1/art6.pdf) , se identifican los siguientes 3 desafíos generales para la política y su relación con programas educativos, sobre la base de evaluaciones de políticas y programas de mejoramiento educativo en el caso chileno:

    1- Realizar un balance entre estructuración y flexibilidad, revisando los límites de intervenciones rígidas y altamente estandarizadas (estrategias aplicadas tradicionalmente por los programas ministeriales), y su “empalme” o adaptación a cada establecimiento educativo en específico. Cito textual el documento: “Lo anterior sugiere la necesidad de diferenciar en el momento de diseñar un programa entre un diseño de primer y segundo orden. El diseño de primer orden corresponde a las decisiones macrosociales y políticas (propósitos y objetivos que se buscan, orientaciones estratégicas y principios que se espera orienten las acciones, por ejemplo integralidad o participación) mientras que el de segundo orden corresponde al diseño que elaboran los “operadores locales” del programa en el marco del diseño general. El diseño de segundo orden corresponde así a los responsables de implementar la política, categoría que en general es vista como “ejecutor” sin ingerencia en el diseño. Rescatar su papel y responsabilidad en el diseño y prepararlos para esta tarea es un reto importante para la política” (Raczynski y Salinas, pp.88)

    2- Evaluar políticas y no solo programas. “Evaluar la política, entre otras cosas, implica preguntar por la coherencia de los instrumentos programáticos y otros, tanto a nivel de su concepción como en cuanto a su implementación (instrumentos, tiempos, sinergias, competencia). En esta perspectiva, las preguntas de evaluación refieren no a programas individuales sino a cómo el conjunto de los programas “aterrizan” y “empalman” con la situación y dinámica de la unidad educativa” (Raczynski y Salinas, pp.89)+

    3- Fortalecer el vínculo entre evaluación y sus resultados y el policy-making, favoreciendo el desarrollo de evaluaciones de buen nivel que permitan a los tomadores de decisión y elaboradores de política acceder a información confiable y válida para su trabajo.

    Finalmente, todo esto apunta a que la mejora del sistema se concrete. Como señala Fullan (Los nuevos significados del cambio en la educación capitulo 3 El sentido del cambio educativo; Fullan, M. (2002). El significado del cambio educativo: un cuarto de siglo de aprendizaje en http://www.ugr.es/~recfpro/rev61ART1.pdf), finalmente el cambio en la práctica se compone tanto de lo material, de enfoques didácticos como de creencias, y esto ocurre en las distintas dimensiones del sistema, como específicamente en el aula.

    Simón Rodriguez E.

  • Janine Soenens

    A veces parece que que cuando a dios le toco designar las cosas del mundo, el Perú estaba nublado. Es impresionante como aquí nada parece tener nombre definido. Es más, parece inútil o poco conveniente. “Farmacia baja”, “sube teléfono”. Por qué da la impresión de que ponerle nombre a los paraderos tiene algo de ineficiente? A lo mejor sería bueno preguntar por qué la farmacia y no el chifa. Qué crea vínculos? El “mañana” de los presidentes del Perú es el mismo “mañana te pago” de tu cuñado. Tu cuñado algún día termina por pagar. A veces da la impresión que eso de “tener palabra” nunca ha estado muy de moda, que no se sabe bien para qué sirve eso de hacerse responsable de lo que se dice que se va a hacer. Lejos de la esclavitud de Shakespeare, es como quitarle teclas al piano. Es puro oportunismo cortoplasista? Pero no son pocos los casos en los que las personas le ponen todo su empeño y esfuerzo, amanecida si es necesario para hacer el trabajo y en otros, esa misma persona puede entrar en el disco rayado de “vuelve mañana, te lo juro que lo tengo listo”. Para mi es un misterio. Tengo la impresión de que no son los contratos firmados, no sé si la plata, pero me parece que hay otros vínculos que resultan a veces hasta más efectivos, …afectivos? De qué depende? Mientras menos delimitadas estén las estructuras más difícil mover fichas. Yo soy torre, pero a veces me muevo como alfil y si faltan peones los fines de semana… Parece entonces que todo depende de todos, que hay que bailar juntos. Que es probable que aunque todos vengan a mi fiesta, nadie baile si les pongo música tailandesa toda la noche. Qué misio tu tono! Que a lo mejor tiene que ver con no subestimar a los demás, creer en su capacidad de involucrarse, creer en su aporte o por lo menos si quieres ser el único DJ, hacer lo que haga falta para ser creíble. Lo que me queda claro es que parece más sensato pasar del “todo depende” al “no todo depende” porque es fácil ser “pura boca”.

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