• Cuentos

    Jugada Maestra

    Cuando me encargaron hacer una nota sobre María Elena González, no tenía idea de quién se trataba. Me dijeron que fue una talentosa ajedrecista peruana, pero nada más. Yo no era redactor de deporte sino de policiales, por eso me sonó extraño. Después entendería por qué. No fue difícil encontrar información sobre ella. Resulta que fue la primera en alcanzar el grado de Gran Maestra nada menos que a los cinco años y que fue proclamada campeona mundial de ajedrez por la FIDE a la edad de seis años. Averigüé que ganó el título al derrotar en partidas fulminantes al ruso Vladimir Krámnik, al búlgaro Veselin Topalov y al israelí…

  • Cuentos

    No pestañear

    El tiempo, esa invención de Satanás Antonio Machado (1875-1939) El jueves asomaba fatal. Era la fecha de entrega del trabajo del que dependía la aprobación de ese curso. El profesor dejó en claro que no habría prórroga. Pero aún no estaba listo. Ese mismo día se graduaba mi hijo. No le había sido fácil terminar la carrera, pero lo había logrado y ese evento era especialmente importante para él. Ese mismo día debía viajar a Trujillo a dar una conferencia en la universidad nacional, el evento era internacional y mi presentación era la inaugural. Las tres fechas habían sido programadas a lo largo del mes casi en automático sin darme…

  • Cuentos

    La fiesta interminable

    Fue a esa fiesta arrastrada por las circunstancias, sin vestido nuevo que exhibir ni peinado que estrenar. Fue a celebrar la boda de una prima que se había ganado a pulso su antipatía desde que eran niñas. Estas dos muchachas, lindas y carismáticas, disputaron siempre los halagos de su extensa parentela, y aunque envidias, chismes y maledicencias nunca faltan en una familia, fue la prima quien alimentó con empeño esa sorda rivalidad. La fiesta y la boda, sin embargo, dibujaban un escenario diferente. Para empezar, era un restaurante de lujosa apariencia, situado frente al mar, todos sus ambientes derrochaban glamur, luminosidad y alegría. Alexia fue recibida, además, con una cortesía…