Cuentos

Beso de sangre

La televisión mantuvo al tope la noticia durante más de dos semanas, hasta que el secuestrador de la niña, un conocido agente inmobiliario, dueño de numerosas propiedades en todo el país, conocido como «El Príncipe», fue al fin capturado en el aeropuerto de Tacna. El sujeto estaba a punto de abordar un vuelo a Santiago con un nombre falso.

Las investigaciones posteriores revelaron hechos hasta ese momento desconocidos, que esclarecieron las circunstancias precisas que rodearon el secuestro. La niña de 12 años, que fue hallada en un avanzado estado de embarazo, había sido abandonada por la madre en su propia casa después de creerla muerta; y fue encontrada de manera casual por el propietario tres días después, dormida y arropada en su cama. El detenido confesó a la policía que parecía muerta, tenía el cuerpo rígido y pálido, no se notaba su respiración. Su abogado defensor argumenta que la necrofilia es un trastorno mental y que el acusado no puede ser imputado de violación, porque él pensó que estaba teniendo sexo con un cadáver.

Los médicos determinaron que la niña estaba en estado cataléptico cuando fue encontrada por el sujeto, un estado originado por una crisis emocional, como se sabría después, pues no había signos de epilepsia en ella ni antecedentes de Parkinson en la familia como causas probables. Se llegó a establecer que la madre tuvo con la niña una violenta discusión momentos antes de viajar a Canadá a encontrarse con su marido, quien no era su padre biológico, pero quien la acosaba insistentemente desde que tuvo su primera menstruación, según relató la propia madre. Su progenitora también fue detenida e interrogada por la policía canadiense gracias a una denuncia de Interpol.

La niña reveló a la policía que, cuando se disponían a salir al aeropuerto, la madre la acusó de estar seduciendo a su esposo y que las cosas iban a ser muy distintas al llegar a Toronto, pues la iba a internar en un colegio religioso. La niña le dijo que entonces no viajaría, pero su madre la insultó e intentó golpearla. Como ella se defendió e intentó huir de la casa, la madre agarró el costurero y le clavó la aguja de bordar en la pierna, gritándole ¡muérete! ¡muérete! La niña dijo que sintió pánico y que a partir de ese momento no recordaba nada más, hasta que despertó tres días después con un hombre sobre ella.

Los médicos han explicado que la niña no solo perdió el conocimiento, sino que entró en estado cataléptico producto del fuerte impacto emocional. La madre confesó que la creyó muerta y que, en su desesperación, la metió en su cama y la abandonó. Al llegar a Toronto le diría a su marido que su hija no quiso viajar y que decidió quedarse con una tía.

«El Príncipe», como se le apoda al acusado en el mundo de los negocios, fue a revisar el departamento tres días después para verificar si sus inquilinos habían dejado todo en orden. Fue entonces que encontró a la niña inerte en su cama, creyéndola muerta. Cuando ella despertó y empezó a gritar, el decidió retenerla allí para no verse implicado en un escándalo. Tres meses después notaría su embarazo. En su defensa ha alegado que decidió hacerse cargo de ella al verla desamparada. La niña, sin embargo, a pesar del fuerte lazo que terminó estableciendo con su secuestrador, admitiría después a la policía que cada vez que él llegaba al departamento con alimentos y medicinas, tenían intimidad.

Esta historia no hubiera sido descubierta de no haber mediado la intervención de la esposa del acusado quien, habiendo entrado en sospechas, decidió seguirlo hasta el departamento. Fue ella quien encontró encerrada a la niña con seis meses de embarazo y denunció el hecho a la policía. La niña se encuentra bien, pero se niega a regresar a vivir con su padrastro, decisión que ha sido respaldada por el poder judicial.

Lima, 4 de noviembre de 2020

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Soy docente, estudié la carrera en la Pontificia Universidad Católica del Perú; una maestría en Política Educativa en la Universidad Alberto Hurtado (Chile); y una maestría en Educación con mención en Políticas Educativas y Gestión Pública en la Universidad Antonio Ruíz de Montoya (Perú). Hice también posgrados en Terapia Familiar Sistémica (IFASIL), en Periodismo Narrativo y Escritura Creativa en la Universidad Portátil (Buenos Aires). Soy actualmente profesor principal en el Innova Teaching School (ITS) y Director de la revista virtual Educacción. Soy coautor de tres libros de cuentos: «Nueve mujeres peligrosas y un hombre valiente», «Relatos valientes de mentes peligrosas» y «Veintitrés mundos: Antología valiente de relatos peligrosos». He publicado recientemente el libro de cuentos «Amapolas en el jardín» (2022).

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