El tiempo, esa invención de Satanás Antonio Machado (1875-1939) El jueves asomaba fatal. Era la fecha de entrega del trabajo del que dependía la aprobación de ese curso. El profesor dejó en claro que no habría prórroga. Pero aún no estaba listo. Ese mismo día se graduaba mi hijo. No le había sido fácil terminar la carrera, pero lo había logrado y ese evento era especialmente importante para él. Ese mismo día debía viajar a Trujillo a dar una conferencia en la universidad nacional, el evento era internacional y mi presentación era la inaugural. Las tres fechas habían sido programadas a lo largo del mes casi en automático sin darme…
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La fiesta interminable
Fue a esa fiesta arrastrada por las circunstancias, sin vestido nuevo que exhibir ni peinado que estrenar. Fue a celebrar la boda de una prima que se había ganado a pulso su antipatía desde que eran niñas. Estas dos muchachas, lindas y carismáticas, disputaron siempre los halagos de su extensa parentela, y aunque envidias, chismes y maledicencias nunca faltan en una familia, fue la prima quien alimentó con empeño esa sorda rivalidad. La fiesta y la boda, sin embargo, dibujaban un escenario diferente. Para empezar, era un restaurante de lujosa apariencia, situado frente al mar, todos sus ambientes derrochaban glamur, luminosidad y alegría. Alexia fue recibida, además, con una cortesía…
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Quién lo sabrá
Néstor, bibliotecólogo de profesión, era una de esas personas que se había especializado en el arte de caer parado en cualquier circunstancia. Él, por ejemplo, detestaba al gobierno y cuando se reunía con sus compañeros de juerga no perdía ocasión para burlarse de las últimas declaraciones del presidente. Pero su novia era sobrina de un ministro y cada vez que la visitaba convenía con su familia en la buena gestión que estaba teniendo el gabinete. La discriminación en las discotecas de su distrito le parecía abominable pues debido a su tez morena había sido víctima de ella en más de una ocasión. No obstante, cuando se juntaba con los más…