La historia de Robert Rosenthal, investigador de Harvard, que allá por los años 60 se metió a un colegio a aplicar un test de inteligencia a todos los estudiantes, es bastante conocida por la trascendencia de sus hallazgos. Yo mismo la he contado muchas veces, pero quisiera volver a recordarla ahora a propósito del súbito interés gubernamental por los adolescentes talentosos en el sistema escolar.
Rosenthal reunió a los docentes luego de aplicar su prueba y les dijo que la mayoría de sus alumnos tenían un coeficiente intelectual normal, excepto un pequeño pero significativo grupo que obtuvo el más alto puntaje. Como no es usual que un colegio reúna por azar varios muchachos con inteligencia superior, les dio sus nombres para que no los pierdan de vista. Algo especial ocurrirá con ellos, vaticinó. Rosenthal regresó al finalizar el año escolar y todos los maestros que tuvieron como alumnos a estos jóvenes especiales confirmaron, en efecto, que lograron el más alto rendimiento en todo el colegio, llenándolos de elogios por su notable inteligencia y por una serie adicional de insospechadas virtudes.
Quienes conocen esta historia saben que Rosenthal engañó a los profesores, pues les proporcionó una lista de nombres escogidos al azar. Ningún joven tenía en verdad un talento excepcional. Creer que lo tenían, sin embargo, hizo que sus maestros les prestaran más atención, les tuvieran más paciencia, les dieran más oportunidades, se esforzaran por mantener al tope su motivación, en la certeza de que su brillantez tendría que aflorar tarde o temprano. Y en efecto, los alumnos respondieron bien a la dedicación de sus profesores y multiplicaron de manera sorprendente su rendimiento académico.
Henry Levin fundó hace más de quince años, desde la Universidad de Stanford y en barrios pobres de los Estados Unidos, las llamadas Escuelas Aceleradas (Accelerated Schools Project). Levin las creó adoptando el enfoque del aprendizaje cooperativo y la metodología empleada por los colegios que atienden niños con sobredotación intelectual. Es decir, presuponiendo el talento de sus estudiantes, trabajando para identificarlo y ofreciéndoles a todos las oportunidades más adecuadas a sus necesidades. En estas escuelas, todo el personal trabaja de maneja conjunta en un mismo objetivo, participa en las decisiones con responsabilidad, comparte sus recursos y utiliza del modo más óptimo posible los recursos de la comunidad.
El éxito de este proyecto ha sido notable, a pesar de las desventajas sociales de los alumnos que atiende. Y ha confirmado además el hallazgo de Rosenthal, es decir, que con altas expectativas en los niños y una pedagogía adecuada, el talento emergerá. Más aún si se le añade, como aporta Levin, una gestión inteligente, que sabe cohesionar el esfuerzo de toda la escuela en una misma dirección.
Estas valiosas evidencias son dejadas de lado cuando se insiste en la creación en Lima de un Colegio Mayor, una acrópolis del saber para la minoría de adolescentes con mejor rendimiento escolar. Al costado de este supercolegio, habrá una gran mayoría de jóvenes estudiando en escuelas que no saben motivarlos ni crearles oportunidades que hagan aflorar sus mejores habilidades, a cargo de maestros que no los creen portadores de talento alguno en razón de su pobreza o su cultura. Claro, transformar la pedagogía y los valores de la escuela pública supone una reforma educativa. Pero no una reforma silenciosa e invisible sino una real, de esas que requieren mayor presupuesto público y una gestión genuinamente orientada a obtener resultados, no a fabricar atajos con desesperación.
Luis Guerrero Ortiz
El río de Parménides
Difundido por la Coordinadora Nacional de Radio
Fotografía © Fano_Quiriego/ www.flickr.com
Lima, viernes 06 de marzo de 2009
Impactos: 1098
3 Comments
Dania
muy interesante, lucho. no conocia el experimiento de rosenthal, ni el accelerated schools project. cuentame un pokito mas que es exactamente lo que se esta discutiendo en peru, por favor, y tambien quienes son las partes en el debate. se propone la creacion de un colegio solamente para los mejores alumnos? este colegio tendria como filosofia la de las escuelas accelerated? se plantea como un piloto para despues generalizar a todos los alumnos? o mas bien el punto es “rescatar” a los buenos alumnos del sistema de educacion publica?
un gran abrazo!
dania
Anónimo
Estimado Lucho:
En primer lugar siempre agradezco las generosas misivas y tu compromiso irrefrenable en favor de la Educación. Eso es un digno ejemplo y merece imitarse….
Por otra parte coincido plenamente con sus aseveraciones en el sentido de que la solución para los estudiantes con Altas Capacidades no son esfuerzos desunidos o aislados… necesitamos actuar seriamente y justamente eso es lo que más adolece el sector Educación.
De más está decir sobre las malas prácticas en la ejecución de políticas educativas de Estado. Tampoco es novedad este esfuerzo en salvaguardar el desarrollo de estos estudiantes. Baste anotar que ya en la década 80 se hicieron intentos similares y fue un fracaso en vista que no se abordó el tema como era debido.
La quinta política educativa de Estado es la Inclusión Educativa, y los estudiantes con talento y superdotación son personas con necesidades educativas especiales. Pero ello implica planificar, elaborar, implementar, monitorear y evaluar ésta Política. Deben convocar a los técnicos, especialistas y consultores (que son pocos en esta materia en nuestro país) y delegarles la responsabilidad de ello. Si no sucederá lo que ocurrió por los 80. Debemos aprender de nuestros errores. Sin embargo lo que menos se priorizan son los criterios técnicos y he alli el gran dilema del sistema educativo en nuestro país.
Quien te escribe me he especializado en la intervención educativas para las personas con Altas Capacidades (talento y superdotación) y francamente la política siempre ha mal utilizado esta temática, pero sigo con perseverancia e insistiendo que debemos sinergizar. Todos los especialistas sobre la materia deberían ser convocados y juntamente definir el horizonte y el “paraguas” de trabajo técnico para el bien de los estudiantes con altas capacidades. Ellos también necesitan de nosotros. No solo nos necesitan los niños con discapacidades leves, moderadas, severas, multihandicaps. También los estudiantes con Altas Habilidades necesitan una respuesta/oferta educativa pertinente, oportuna y de calidad, que desafíe sus capacidades y que los motive a desarrollar sus destrezar en beneficio propio y de la sociedad.
Cordialmente y con la fe de que nuestro sistema educativo puede y debe mejorar,
Luciano Huamán Arismendi
Consultor en Altas Capacidades, Desarrollo Humano y Atención a la Diversidad
luisguerrero
Hola Dania, te doy las referencias que me pides: Robert Rosenthal y Lenore Jacobson publicaron en 1968 «Pygmalion in the Classroom: Teacher Expectation and Pupils’ Intellectual Development» donde dan cuenta de la investigacion que cito en el articulo que se ha vuelto un clásico, sobre todo en el ámbito de la psicología social, las ciencias de la comunicación y la psicoterapia sistémica, lamentablemente es menos conocido entre los educadores, al menos en nuestro medio. Hay una edición en español publicada en 1980 bajo el nombre «Pigmalion en la escuela» de la editorial Marova (Madrid). De otro lado, el sitio del proyecto de Levin es este: http://www.acceleratedschools.net/ Lamentablemente, la idea del Colegio Mayor no está basada en nada de esto, es otro exabrupto que tiene como propósito ante todo y por sobre todo el impacto en la prensa y la opinión pública, generar una sensación de respuesta a los problemas de la educación. Por lo demás, la noción de un “piloto” está fuera de la perspectiva de esta gestión gubernamental, se quiere el plato de comida servido en la mesa en 5′ no importa si está crudo pues, total, son otros los que se lo van a comer. Que bueno que te interesó esto, chequea esos textos y seguimos conversando! Un gran abrazo